Romper ayuno 23 de ENERO: 08:31 – 11:48 am
RECETAS
CREMA
DE CALBAZA Y CASTAÑAS
Ingredientes:
- 500 g de calabaza pelada
- 200 g de castañas hervidas y sin piel
- 1 cabeza de hinojo
- Aceite de oliva de primera presión en frío
- Sal, jengibre, canela
- Rúcula o espinacas frescas para acompañar.
- Opcional: un chorro de nata o de leche
Elaboración
Saltear
el hinojo cortado en trozos en el aceite.
Agregar
la calabaza, las castañas y los condimentos.
Cubrir
con agua y dejar cocinar lentamente.
Cuando
todo esté cocido batir bien hasta tener una crema muy fina. Se puede agregar un
chorro de nata o leche para hacerlo más suave y cremoso. Una vez servida en el
plato, se pueden añadir frutos secos, un chorrito de aceite de oliva crudo y
unas hojas de rúcula o espinacas frescas.
PRASADAM
PUDING
DE CALABAZA, COCO Y ESPÉCIAS
- 1 calabaza
- 300ml.de zumo de manzana
- 100 gr.de azúcar
- 125 gr.de coco rallado
- 1 palo de canela, 4 clavos de olor, la corteza de media naranja.
- 1 cucharada de agar-agar en polvo (se puede encontrar en las dietéticas
- Una naranja cortada a rodajas.
Elaboración:
Pelamos, quitamos las
semillas y cortamos la calabaza en trozos estilo dados. La dejamos hirviendo
durante aprox.20 minutos, en una olla con agua justo que la cubra con las especias
y la piel de naranja. Cuando la calabaza esté cocinada, quitamos las especias y
añadimos el zumo de manzana, el azúcar, el agar-agar, y el coco (dejando una
pequeña parte para la decoración final) y dejamos hervir otros 5 minutos. Lo
trituramos todo con la batidora y
lo vertemos sobre un molde. Espolvoreamos el coco rallado restante por encima y
lo dejamos enfriar y decorar con rodajas de naranja. Después se puede conservar en la nevera tapado con un film
de plástico.
PRASADAM
Conoce el Significado de la 4 Putrada
Ekadasi
Maharaja
Yudhisthira dijo, “Oh Señor, Tú has explicado muy bellamente las glorias del
auspicioso Saphala Ekadasi que ocurre durante la quincena oscura del mes de
Pausa (Diciembre- Enero). Ahora ten la amabilidad de ser misericordioso conmigo
y explicar el Ekadasi de la quincena clara de este mes. Cuál es su nombre y qué
Deidad ha de ser adorada en ese día sagrado? Oh, Purusottama, Oh, Hrsikesa, por
favor dime también cómo se Te puede complacer en ese día?”.
El Señor Sri
Krsna replicó, “Oh rey, ahora te referiré para beneficio de toda la humanidad
cómo observar el ayuno en Pausa-sukla Ekadasi.
Como ya he
explicado previamente, todos deben observar las reglas y regulaciones de
Ekadasi con lo mejor de su capacidad. Este mandato también se aplica al Ekadasi
de nombre Putrada, que destruye todos los pecados y eleva a la morada
espiritual. Sri Narayana, el Señor Supremo y personalidad original, es la
Deidad adorable de ese Ekadasi y El cumple todos los deseos y concede la
perfección total a Su devoto fiel. Así pues, entre todos los seres animados e
inanimados en los tres mundos, no existe una personalidad mejor que Sri
Narayana.
Oh, rey, ahora
te narraré la historia de Putrada Ekadasi, que remueve toda clase de pecados y
convierte a uno en famoso y erudito.
Había una vez
un reino llamado Bhadravati, que estaba gobernado por el Rey Suketumana. Su
reina era la famosa Saibya. Dado que no tenía ningún hijo, pasaba mucho tiempo
en ansiedad, pensando, ‘Si no tengo un hijo, quién continuará la dinastía? ‘.
Así el rey meditó con una actitud religiosa durante largo tiempo, pensando,
‘Dónde iré? Qué haré? Cómo puedo tener un hijo?’. El Rey Suketumana no
encontraba felicidad alguna en ninguna parte de su reino, ni siquiera en su
propio palacio, y gradualmente permanecía cada vez más tiempo en el palacio de
su esposa, pensando tristemente solo en la manera de tener un hijo con ella.
Así pues, el
Rey Suketumana y la Reina Saibya estaban muy afligidos. Hasta cuando ofrecían tarpana
(oblaciones de agua a sus antepasados), su miseria natural les hacía pensar
que era tan desagradable como el agua hervida. Pensaban que no tendrían
descendientes que les ofrecieran tarpana cuando murieran. El rey y la
reina se preocuparon especialmente al enterarse que sus antepasados estaban a
su vez preocupados porque pronto no habría nadie que les ofreciera tarpana a
ellos.
Tras enterarse
de la infelicidad de sus antepasados, el rey y la reina sufrieron en grado
creciente y ni los ministros o amigos, ni siquiera los seres queridos podían confortarlos.
Para el rey, sus elefantes, caballos e infantería no le proporcionaban ningún
solaz y al final se quedó prácticamente desamparado e inerte.
El rey pensó,
‘Se refiere que sin un hijo, el matrimonio está desperdiciado. Ciertamente,
para un hombre de familia sin un hijo, tanto su corazón como su espléndida casa
están vacíos y son miserables. Desprovisto de un hijo, un hombre no puede
saldar la deuda que tiene con sus antepasados, los semidioses y demás seres
humanos. Por lo tanto, todo hombre casado debe esforzarse por engendrar un
hijo, para volverse famoso en este mundo y al final alcanzar los reinos
celestiales auspiciosos. Un hijo es la prueba de las actividades piadosas
efectuadas por un hombre en sus pasadas cien vidas y dicha persona obtiene una
larga vida en este mundo, así como buena salud y gran riqueza. El poseer hijos
y nietos en esta vida prueba que se ha adorado al Señor Visnu, la Suprema
Personalidad de Dios, en el pasado. Las grandes bendiciones de los hijos, la
riqueza y la inteligencia aguda solo se obtienen adorando al Señor Supremo, Sri
Krsna. Esa es mi opinión’.
Así pensando,
el rey no tenía paz. Estaba en ansiedad día y noche, desde la mañana al
anochecer, y desde que se iba a dormir hasta que se levantaba en la mañana; sus
sueños igualmente estaban llenos de ansiedad. Sufriendo tal ansiedad constante
y aprensión, el Rey Suketumana decidió terminar con su miseria suicidándose,
mas se dio cuenta de que el suicidio arroja a la persona en condiciones de
renacimiento infernales, de modo que abandonó la idea. Viendo que gradualmente
estaba autodestruyéndose, en mérito a su total ansiedad por la falta de un
hijo, el rey finalmente montó en su caballo y partió solo hacia el bosque.
Nadie, ni siquiera los sacerdotes y brahmanas del palacio, sabían donde
había ido.
En ese bosque
lleno de venados y aves y demás animales, el Rey Suketumana deambuló
desamparado, contemplando las diferentes clases de árboles y arbustos, como ser
la higuera, fruto bel, dátil, palmera, bakula, saptaparna, tinduka,
tilaka, sala, tala, tamala, sarala, hingota, arjuna, labhera, baheda, sallaki,
karonda, patala, khaira, saka y palasa. Todos estaban hermosamente
adornados con flores y frutos. Vio tigres, venados, jabalíes, leones, monos,
serpientes, enormes elefantes en celo, elefantas con sus crías, etc. Había
vacas, chacales, conejos, leopardos e hipopótamos. Contemplando todos estos
animales, acompañados por sus parejas y progenie, el rey recordó su propia
situación, en especial a los elefantes de palacio y se puso tan triste que vagó
sin pensar por entremedio de ellos.
Súbitamente oyó
el aullido de un chacal a lo lejos, alelado, miró en todas direcciones; al poco
rato fue el mediodía y el rey comenzó a fatigarse. El hambre y la sed lo
atormentaban. Pensó, ‘Cuál habrá sido la acción pecaminosa que habré realizado
para que ahora se me obligue a sufrir de este modo, con la garganta seca y
ardiente? He complacido a los semidioses con numerosos sacrificios de fuego y
he dado dulces deliciosos en caridad a todos los brahmanas dignos. He
cuidado de mis súbditos como si fueran mis propios hijos. Porqué estoy
sufriendo así? Qué pecados desconocidos han venido a atormentarme de este modo
temible?
Absorto en
estos pensamientos, el Rey Suketumana avanzó con esfuerzo y eventualmente, en
mérito a su crédito piadoso, llegó a un hermoso lago parecido al famoso Lago
Manasarovara. Estaba lleno de seres acuáticos, incluyendo cocodrilos y muchas
variedades de peces y agraciado con lilas. Hermosos lotos se habían abierto al
Sol y los cisnes, patos y garzas nadaban felices en sus aguas. En las cercanías
había muchos asramas atractivos, donde residían cantidad de sabios y
santos que podían cumplir los deseos de cualquiera. Por cierto, ellos deseaban
a todos el bien. Cuando el rey vio todo esto, su ojo y brazo derecho temblaron,
señal de que algo auspicioso estaba por suceder.
Desmontando de
su caballo y parándose delante de los sabios sentados a la orilla del lago,
notó que estaban cantando los santos nombres de Dios en cuentas de japa.
El rey ofreció sus reverencias y los glorificó con las palmas juntas. En su
presencia se sentía lleno de gozo. Observando el respeto que el rey les
ofrecía, los sabios dijeron, ‘Estamos muy complacidos contigo, oh, rey. Ten la
gentileza de decirnos porqué has venido aquí. Qué hay en tu mente? Por favor
dinos cual es tu deseo’.
El rey replicó
‘Oh grandes sabios, quiénes son ustedes? Cuáles son sus nombres, oh santos
auspiciosos? Porqué han venido a este hermoso lugar? Por favor, díganmelo
todo’.
Los sabios
replicaron, ‘Oh rey, somos los Visvedevas; (1) hemos venido aquí a este
encantador lago para bañarnos. El mes de Magha pronto estará aquí en cinco días
y hoy es el famoso Putrada Ekadasi. Aquel que desee un hijo debe observar
estrictamente este Ekadasi’. (2) El rey dijo,
‘Me he esforzado tanto por tener un hijo. Si ustedes, grandes sabios están
complacidos conmigo, tengan la amabilidad de concederme un buen hijo’.
‘El propio
significado de Putrada’ – replicaron los sabios – es “dador de un hijo”.
Entonces por favor observa un ayuno completo en este día Ekadasi. Si así lo
haces, entonces por nuestras bendiciones – y por la misericordia del Señor
Kesava – seguramente tendrás un hijo’.
A sugerencia de
los Visvedevas, el rey observó el auspicioso día de ayuno de Putrada Ekadasi,
conforme a todas las reglas y regulaciones establecidas y en Dvadasi, tras
romper su ayuno, ofreció nuevamente sus reverencias una y otra vez a todos
ellos.
Poco después
que Suketumana regresara a su palacio, la Reina Saibya se embarazó y exactamente
como los sabios Visvedeva habían pronosticado, les nació un hermoso hijo de
rostro brillante. En su debido momento se volvió famoso como un príncipe
heroico y el rey con agrado lo nombró su noble sucesor. El hijo de Suketumana
cuidó de sus súbditos muy conscientemente, tal como si hubieran sido sus
propios hijos.
En conclusión,
Oh Yudhisthira, quien desee cumplimentar sus deseos, debe observar
estrictamente Putrada Ekadasi. Estando aún en este planeta, aquel que observe
estrictamente este Ekadasi seguramente obtendrá un hijo, y después de la
muerte, alcanzará la liberación. Todo aquel que siquiera lea u oiga las glorias
de Putrada Ekadasi, obtiene el mérito ganado por realizar un sacrificio de
caballo. Te he explicado todo esto para beneficio de toda la humanidad”.
Así termina la
narración de las glorias de Pausa-sukla Ekadasi o Putrada Ekadasi, del Bhavisya
Purana.
Notas
1.Los diez
Visvedevas, los hijos de Visva, son Vasu, Satya, Kratu, Daksa, Kala, Kama,
Dhrti, Pururava, Madrava y Kuru. 2.La palabra sánscrita para “hijo”es putra.
Pu es el nombre de un infierno particular y tra significa
“liberar”. En tal sentido, la palabra putra significa “persona que
libera del infierno llamado Pu”. Por consiguiente, todo hombre casado debe
producir al menos un hijo y entrenarlo con propiedad, luego el padre será
liberado de una condición infernal de vida. Pero este mandato no se aplica a
los devotos serios del Señor Visnu o Krsna, pues el Señor se convierte en su
hijo, padre y madre.
Además, Canakya
Pandita dice:
satyam mata
pita jñanam dharmo bhrata daya sakha santih patni ksama putrah sadete mama
vandhavah
“Mi madre es la verdad, mi padre es el conocimiento, mi
deber ocupacional es mi hermano, la amabilidad es mi amigo, la tranquilidad es
mi esposa y el perdón es mi hijo. Estos seis son los miembros de mi familia”.
Entre las veintiséis cualidades principales de un devoto del Señor, el perdón
es la más excelsa. Por ello, los devotos deben hacer un esfuerzo extra por
desarrollar esta cualidad. Aquí Canakya expresa, “el perdón es mi hijo” y en
tal sentido, un devoto del Señor, aunque estuviera en el sendero de la
renuncia, debe observar Putrada Ekadasi y orar por alcanzar esta clase de
“hijo”.