RECETAS
Romper
ayuno 11 NOVIEMBRE: 07:57 am - 09:00 am
MILI YULI
SABYI KA SUP Sopa de hortalizas
Ingredientes:
- 400 gramos de hortalizas lavadas y cortadas en finos trozos (apio, hinojo, patatas, zanahorias, hortalizas verdes, calabaza, etc.)
- 1⁄4 de litro de leche o nata líquida
- 25 gramos de mantequilla
- 4 hojas de laurel
- 1 cucharadita de cilantro en polvo
- un manojo de albahaca fresca y sal
Preparación:
Hierva
las hortalizas, con las hojas de laurel, en una cantidad de agua al doble de su
propio volumen. Agregue el cilantro en polvo y la albahaca. En el momento de
servirla, agregue la mantequilla y la leche o nata líquida. Preparación y cocción:
30 minutos
ALU NARIAL
RAITA Raita de patatas y coco
- 1 kilo de patatas
- 100 gramos de coco fresco rallado
- 1⁄2 litro de yogur
- 1 cucharada sopera de jenjibre rallado
- 1 cucharada sopera de ghi
- 1 cucharadita de granos de mostaza
- 2 guindillas finamente picadas
- 2 cucharaditas de sal
- 1 cucharada de menta fresca picada
Preparación:
Hierva
las patatas, pélelas y córtelas en forma de dados. Ponga éstos en una
ensaladera y déjelos que se enfríen.
En ghi caliente
saltee los granos de mostaza y luego agrégue el jenjibre y las guindillas
picadas. Vierta esta mezcla de especias, y luego el yogur y el coco, sobre los
dados de patata. Sale y mezcle con suavidad. Decore con la menta. Preparación y
cocción: 30 minutos.
MASAL DUDH
Leche con azafrán y pistachos
- 1 litro de leche
- 100 gramos de pistachos pelados y picados
- 2 hebras de azafrán o 1⁄4 de cucharadita de azafrán en polvo
- 3 cucharadas soperas de miel
- 4 clavos de olor
- 1 cucharadita de canela en polvo
Preparación:
En
una cacerola de fondo grueso, hierva la leche con el azafrán, los clavos y la
canela revolviendo con frecuencia. Retírela del fuego, quítele los clavos y agréguele
los pistachos.
Sírvala lo más
caliente posible y tómelo preferentemente por la noche. Preparación y cocción: 10 minutos
Conoce la historia Védica de la 23
Ramã Ekãdasi
Mahãraja
Yudhisthira dijo, “Oh Janãrdana, oh protector de todos los seres, ¿cómo se
llama el Ekãdasi que ocurre durante la quincena oscura del mes de Kãrtika?
(Octubre-Noviembre). Por favor, impárteme este conocimiento sagrado.
El
Señor Supremo Sri Krsna replicó, “Oh león entre los reyes, escucha por favor:
El Ekãdasi que ocurre durante la parte oscura del mes de Kãrtika es llamado Ramã
Ekãdasi. Es sumamente auspicioso, pues erradica de inmediato los pecados más
grandes y concede la vía a la morada espiritual. Te narraré su historia y
glorias.
Una
vez vivió un famoso rey llamado Mukucunda, quien era amigo del Señor Indra, el
rey del cielo así como de Yamarãja, Varuna y Vibhisana, el hermano piadoso de Rãvana.
Mucukunda siempre decía la verdad y Me prestaba servicio devocional
constantemente. Dado que regía conforme a los principios religiosos, en su
reino no había perturbaciones.
La
hija de Mucukunda llamada Candrabhaga, en honor a un río sagrado, fue dada por
el rey en matrimonio a Sobhana, el hijo de Candrasena. Un día, Sobhana visitó
el palacio de su suegro en el día auspicioso de Ekãdasi. Esta visita puso
bastante ansiosa a la esposa de Sobhana, Candrabhãga, pues ella sabía que su
esposo estaba físicamente muy débil e incapaz de soportar la austeridad de un
ayuno completo de un día. Ella le dijo, “Mi padre es muy estricto respecto a
seguir Ekãdasi. En Dasami, el día antes de Ekãdasi, el bate un gran tambor y
anuncia: “ ¡Nadie debe comer en Ekãdasi, el día del Señor Hari!”
Cuando
Sobhana oyó el sonido del tambor, le dijo a su esposa, ‘Oh hermosa, ¿ y ahora
qué haré? ¡Por favor dime como puedo salvar mi vida y a la vez obedecer la
rigurosidad de tu padre!
Çandrabhãgã
replicó, ‘Mi querido esposo, en la casa de mi padre nadie -ni siquiera los
elefantes y caballos, qué decir de los seres humanos-, come en Ekãdasi.
Ciertamente, ninguno de los animales recibe su ración de granos, hojas o heno, ¡ni
siquiera agua! en Ekãdasi, el día del Señor Hari. Así pues, ¿cómo puedes
escapar al ayuno? Amado mío, si es que debes comer algo, entonces debes irte de
aquí ahora mismo. Decide con firme convicción lo que harás’.
El
Príncipe Sobhana replicó, “He decidido ayunar en el sagrado día Ekãdasi.
Cualesquiera sea mi destino, seguramente sucederá”.
Con
esa decisión, Sobhana intentó ayunar en ese Ekãdasi, pero se perturbó en exceso
debido al hambre y la sed. En su momento, se puso el Sol en el Oeste y la
llegada de la auspiciosa noche puso muy felices a todos los Vaisnavas. Oh
Yudhisthira, todos los devotos disfrutaron la adoración del Señor Hari y
permanecieron despiertos durante toda la noche, pero en el caso del Príncipe
Sobhana, esa noche fue absolutamente insoportable. Ciertamente, cuando el Sol
salió en Dvãdasi, Sobhana estaba muerto.
El
Rey Mucukunda observó el funeral de su yerno, ordenando se reuniera una
considerable provisión de madera para el fuego, pero ordenó a su hija Candrabhãgã
que no se uniera a su esposo en la pira funeraria. Así pues Candrabhãgã, después
de realizar todos los procesos purificatorios honrando a su esposo fallecido,
continuó viviendo en la casa de su padre”.
El
Señor Krsna continuó, ‘Oh el mejor de los reyes, aunque Sobhana murió debido a
que observó Ramã Ekãdasi, el mérito adquirido le permitió, después de la
muerte, convertirse en el regente de un reino en la cima de la Montaña Mandarãcala.
Este reino era como una ciudad de los semidioses; muy brillante, con infinitas
joyas incrustadas en las paredes de sus edificios. Las columnas estaban hechas
de rubíes y el oro incrustado con diamantes brillaba por todas partes.
Cuando el Rey Sobhana se sentaba en un trono debajo de un dosel
blanco puro, los sirvientes lo abanicaban con escobillas de yak. Sobre su
cabeza descansaba una imponente corona, hermosos aretes adornaban sus orejas,
un collar agraciaba su garganta y brazaletes y pulseras enjoyadas rodeaban sus
brazos. Era servido por los Gandharvas (los mejores trovadores celestiales) y
Apsarãs (danzarinas celestiales). Verdaderamente, parecía un segundo Indra.
Un
día, un brãhmana llamado Somasarmã, que vivía en el reino de Mucukunda,
llegó hasta el reino de Sobhana mientras viajaba por diversos lugares de
peregrinaje. El brãhmana vio a Sobhana en toda su gloria resplandeciente
y pensó que debía ser el yerno de su propio rey, Mucukunda. Cuando Sobhana vio
al brãhmana que se acercaba, de inmediato se levantó de su trono y le
dio la bienvenida. Luego que Sobhana hubiera ofrecido sus respetuosas
reverencias, preguntó al brãhmana por su bienestar y por la salud y
bienestar de su suegro (de Sobhana), su esposa y todos los residentes de la
ciudad.
Somasarma
replicó, ‘Oh rey, en el reino de tu suegro todos están muy bien y Candrabhãgã y
demás miembros de tu familia también lo están. La paz y la prosperidad reinan
en toda la tierra. Pero, oh rey, ¡me sorprende encontrarte aquí! Por favor cuéntame
sobre tí. ¡Nadie ha visto jamás una ciudad hermosa como ésta! Ten la amabilidad
de decirme como la obtuviste’.
El
Rey Sobhana dijo, ‘Dado que observé Ramã Ekãdasi, se me entregó esta espléndida
ciudad para reinar en ella. Mas pese a toda su grandeza, es solo temporal. Te
ruego que hagas algo para corregir esta deficiencia. Ya lo ves, es solo una
ciudad efímera. ¿Cómo puedo hacer permanentes su belleza y glorias? Ten la amabilidad
de instruirme’.
El brãhmana
preguntó, ‘ ¿Porqué este reino es inestable y de que manera ha de volverse
estable? Por favor, explícamelo completamente y trataré de ayudarte’.
Sobhana
respondió, ‘Dado que ayuné en Ekãdasi sin nada de fe, este reino no es
permanente. Ahora oye como puede volverse permanente. Por favor vuelve con
Candrabhãgã, la hermosa hija del Rey Mucukunda y dile lo que has visto y
comprendido sobre este lugar y sobre mí. Seguramente si le dices eso, mi ciudad
pronto se volverá permanente’.
Así
pues, el brãhmana volvió a su ciudad y relató todo el episodio a
Candrabhãgã, quien estaba tanto sorprendida como feliz al saber estas noticias.
Ella dijo, ‘Oh brãhmana, ¿lo has visto en un sueño o es una realidad?
‘Somasarma
replicó, ‘Oh princesa, ciertamente que he visto a tu último esposo cara a cara
en ese maravilloso reino, que parece uno de los reinos de los semidioses. Mas
el dice que todo su reino es inestable y puede desvanecerse en el aire en
cualquier momento. Por lo tanto, tiene la esperanza de que tú encuentras una vía
para hacerlo permanente’.
Candrabhãgã
dijo, ‘Oh sabio entre los brãhmanas, ¡por favor llévame con mi esposo de
inmediato, pues deseo muchísimo verlo de nuevo! Seguramente yo haré que su
reino sea permanente con el mérito que he adquirido ayunando en cada Ekãdasi
durante mi vida. Por favor reúnenos nuevamente. Se dice que quien reúne a las
personas separadas obtiene un mérito muy grande’.
El brãhmana
Somasarmã luego condujo a Candrabhãgã al refulgente reino de Sobhana. Antes
de llegar a él, se detuvieron a los pies del Monte Mandarãcala, en el sagrado ãsrama
de Vãmadeva. Al oír su historia, Vãmadeva cantó himnos de los Vedas y
roció agua sagrada sobre Candrabhãga. Por la influencia de los ritos de ese
gran rsi, el mérito que ella había obtenido por ayunar en tantos Ekãdasis,
convirtieron su cuerpo en trascendental. Extática, con sus ojos maravillados,
Candrabhãgã continuó su viaje.
Cuando
Sobhana vio a su esposa aproximándose a él, en lo alto de la Montaña Mandarãcala,
se abrumó de alegría y la llamó con gran felicidad. Luego que ella llegara, el
la sentó a su izquierda, y ella le dijo, ‘’Oh muy querido, por favor escucha
mientras te narro algo que te beneficiará grandemente. Desde que tenía ocho años
de edad he ayunado regular y fielmente en cada Ekãdasi. Si te transfiero todo
el mérito que he acumulado en tal sentido, tu reino seguramente se volverá
permanente y su prosperidad aumentará hasta la venida de la gran inundación!’.
El
Señor Krsna continuó, “Oh Yudhisthira, de esta forma Candrabhãgã, que estaba
hermosamente adornada con los ornamentos más bellos y tenía un exquisito cuerpo
trascendental, finalmente disfrutó de la paz y felicidad con su esposo. Por la
potencia de Ramã Ekãdasi, Sobhana descubrió que su reino en la cima de la
Colina Mandarãcala, podía cumplir todos sus deseos y dispensar sobre el la
felicidad duradera, como la que se obtiene de la vaca Kãma-dhenu.
Oh
el mayor de los reyes, así pues te he narrado las glorias de Ramã Ekãdasi.
Todo
aquel que observe el sagrado Ekãdasi durante tanto la quincena clara como
oscura de cada mes, es indudablemente liberado de las reacciones al pecado de
matar a un brãhmana. No se debe distinguir entre los Ekãdasis de la
parte clara y oscura del mes. Como hemos visto, ambos pueden conceder placer en
este mundo y liberar incluso a las almas más caídas y pecaminosas. Tal como las
vacas negras y las vacas blancas dan leche de la misma calidad, los Ekãdasis de
la quincena oscura y clara conceden el mismo alto grado de mérito y eventualmente
liberan del ciclo del nacimiento y la muerte. Todo aquel que simplemente oiga
las glorias de este día sagrado, Ramã Ekãdasi, se libera de toda clase de
pecados y llega a la morada suprema del Señor Visnu’.
Así
termina la narración de las glorias de Kãrtika-krsna Ekãdasi o Ramã Ekãdasi,
del
Brahma-vaivarta
Purãna.
EKADASI, El Día del Señor Hari
Una traducción de Porciones de Diversos Puranas por Krsna-Dvaipayana Vyasa La Encarnación Literaria de Dios . KRSNA BALARAMA SWAMI Instituto Bhaktivedanta, Bombay, San Francisco. ED Tirupati.
No hay comentarios:
Publicar un comentario